domingo, 30 de octubre de 2011

DE CUANDO PUSIERON LOS LOBOS A CUIDAR DE LAS OVEJAS

Durante muchísimos años, en el fértil valle de Josafá,  los pastores siervos del Señor Conde cuidaban sus abundantes rebaños de ovejas,  mientras en el monte,  media docena de lobos acechaban al cordero descarriado o a la oveja enferma.

Se había establecido un cierto equilibrio en el Valle, una regulación  con la anuencia del Sr. Conde,  por el que la manada de lobos sobrevivía devorando alguna pieza de vez en cuando, mientras el resto de las manadas de indefensas ovejas, eran cuidadas y defendidas por los pastores y sus perros guardianes.

Pero cuenta la leyenda que el Sr. Conde, que tenía una especial debilidad por los lobos a los que admiraba por su ferocidad y destreza, ordenó a sus pastores que dejaran pastar a las ovejas libremente por todo el valle, retiraran sus perros, y ellos se dedicaran a la agricultura, pues  la sabia naturaleza se encargaría de mantener ese equilibrio natural entre  las ovejas y los lobos.

Ocurrió entonces que los lobos se crecieron, engordaron, se multiplicaron y aumentó espectacularmente su población ante la abundancia de carne de las indefensas ovejas, mientras los rebaños inermes iban desapareciendo paulatinamente  bajo las fauces de los salvajes carnívoros.
Y llegó el día en que,  exterminadas las ovejas del valle por la voracidad de las fieras, bajaban de la montaña y se veían deambulando  por el valle de Josafán manadas de famélicos lobos, que terminaban muriendo de inanición o devorados por sus propios congéneres. 

Pero la historia se repite.

Los Felices 20 terminaron el 24 de octubre de 1929 con el comienzo de la Gran Depresión, que provocó una crisis económica con niveles de paro de hasta el 33,% y descenso del comercio internacional, de los ingresos fiscales, de la renta nacional y de la producción de hasta un 50,%, lo que propició que  en medio de esa crisis surgieran los profetas salvapatrias como Hitler, Franco, Stalin o Mussolini, y lo que a su vez trajo como consecuencia la Segunda Guerra Mundial con setenta millones de muertos, Europa arrasada y los japoneses experimentando en propia carne los efectos de las primeras bombas nucleares.

 "Eso no le puede volver a ocurrir a la humanidad" decían los líderes mundiales de la postguerra, y se pusieron manos a la obra:  Fundaron la ONU,  proclamaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos, instituyeron  la UNESCO con el propósito de contribuir a la paz, la FAO  para contribuir a erradicar el hambre en el mundo, y lo que no es menos importante, implementaron  mediadas legislativas, controles y regulaciones, que evitaran se pudiera llegar a la situación que provocó el colapso que empezó el 24 de octubre de 1929 con todas  sus terribles  consecuencias.
 
En Estados Unidos, Roosevelt  con su New Deal lidera los esfuerzos por retornar a la prosperidad, y promueve una estricta regulación de los mercados financieros con la Securities and Echange Commission y con otras leyes como la Ley de Seguridad Social de 1935, impulsando así mismo  inversiones en educación e infraestructuras, medidas todas ellas que sientan las bases de la sociedad de consumo y de la prosperidad en Estados Unidos.

En Europa, contando con la ayuda americana del Plan Marshall, el crecimiento de la productividad y el desarrollo de nuevas tecnologías, se inició una etapa de crecimiento y prosperidad  sin precedentes, que  convirtió a todos los países euroccidentales en lo que se  ha llamado El Estado de Bienestar, garantizando a sus ciudadanos una educación, una sanidad, unas infraestructuras y un excepcional nivel de vida, en el marco de unas sociedades democráticas, y con una estricta regulación de los mercados financieros, al tiempo que una redistribución de la riqueza que permitía altas tasas de consumo a los europeos.

Esto era Jauja, y los lobos seguían en el monte, vigilados por los perros y los pastores.

Pero aquello era demasiado bonito para que durara.

El neolibaralismo a ultranza impulsado inicialmente por Ronald Reagan en EEUU a partir de 1980, y por Margaret Thatcher a partir de 1979 en Reino Unido, se extendió por los países desarrollados, impulsando cambios legislativos que reducían o anulaban las regulaciones existentes  e impulsaban privatizaciones de instituciones financieras y de empresas públicas de sectores económicos sensibles, y que recibió nuevos impulsos con la caída del muro de Berlin y el decreciente poder disuasorio del socialismo como alternativa.

El Sr. Conde comenzó a dar instrucciones a los pastores para que cedieran más terrenos a las manadas de lobos y les dejasen en libertad frente a las ovejas.  "Los mercados se regulan solos", decían los nuevos profetas del neoliberalismo.

Pero la globalización provoca la libre circulación de capitales, plusvalías incluidas, pero no de las personas. Europa se construye a la medida de los mercaderes y las multinacionales, en lugar de hacerlo a la medida de sus ciudadanos, su historia y cultura. Se prodigan los paraísos fiscales, no como refugio de capitales por motivos políticos, como era Suiza en sus orígenes, sino como nido y refugio de delincuentes fiscales, narcotraficantes, tratantes de blancas, traficantes de armas y otros especímenes parecidos, y todo esto, con el visto bueno y la tolerancia de todos los gobiernos

La liberalización y la desregulación de los mercados financieros, provoca un espectacular crecimiento del mismo por encima del resto de los sectores económicos, al tiempo de ocasionar una progresiva desigualdad de los ingresos y la riqueza, y un empobrecimiento de los ciudadanos. Y así llegamos a donde estamos.

Los Felices 60 terminaron el 15 de septiembre de 2.008 con la quiebra de Lehman Brothers. Pero para que Richard Fuld  dispusiera de seis jets, un helicóptero y un fastuoso yate, o para que Jhon Paulson ganase doce mil millones de dólares en cuatro años especulando con derivados, ha sido necesario  que millones de americanos perdiesen sus ahorros, sus empleos y sus viviendas.

Es paradójico que los ingenieros de verdad que construyen edificios, autopistas o aviones, y además son responsables de sus obras, ganen cien veces menos que los ingenieros financieros, que solo construyen sueños que se convierten en pesadillas,  con las que cuanto más dinero pierden sus clientes,  más ganan ellos.  Ocurriendo además no tienen responsabilidad, y que cuando el sueño se convierte en pesadilla, el Estado paga la factura.

Titularizaciones de hipotecas, permutas de incumplimiento de créditos, derivados complejos, deuda colateralizada (CDO), subprime, contratos de seguro sobre riesgo de impago (CDS), ... un verdadero arsenal depredador, al que Warren Buffett llamó "armas de destrucción masiva para la economía".
 Pero lo sucedido hasta ahora, focalizado en Europa y USA,  no es sino el comienzo. Una especie de terremoto de magnitud dos en la escala de Richter. Ya han dicho en el departamento de estudios de un gran banco español, que los años 2012 y 2013 serán "anni  horribiles".  Y en  otro, que la banca tardará 45 años en digerir el empacho de suelo y viviendas que tienen o les caerá.  El verdadero terremoto de las economías de todos los países del mundo con magnitud  seis o siete y que provocará verdaderos estragos globales, llegará cuando estalle la burbuja inmobiliaria en China. Que parece no tardará. 

Y cuando los empobrecidos ciudadanos no puedan cambiar de televisor, salir de viaje o comprar  un automóvil nuevo cada cinco años, porque tendrán que pagarse  las medicinas, el colegio de sus hijos, y la asistencia a sus mayores,  ocurrirá que consumirán menos, claro

Y cuenta la leyenda  “…que se veían deambulando  por el valle de Josafa manadas de famélicos lobos, que terminaban muriendo de inanición o devorados por sus propios congéneres.“
Ya no quedaban ovejas.

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